Promoción del árido del territorio histórico de Bizkaia
El presidente de ASECABI y los representantes de su junta directiva, se encuentran inmersos en una serie de reuniones con los distintos estamentos consumidores de áridos, bien como autoridades responsables de la licitación de la Obra Pública o como entidades consumidoras de dichos áridos, realizando una defensa del consumo territorial de estos recursos, una vez detectado el fuerte incremento de la importación de áridos de fuera de la comunidad, en un momento en que paradójicamente, la demanda interior del producto ha descendido en más de un 60%.
Bizkaia es un territorio moderadamente rico en yacimientos de árido, si bien históricamente ha sido deficitario en la producción de los áridos que la sociedad demandaba, debido a la fuerte presión mantenida en la ejecución de obra pública y sector constructivo, y la alta densidad de población del territorio. Este déficit provocó que desde hace décadas, Bizkaia haya sido una provincia importadora del árido de las provincias limítrofes, siendo principalmente Santander y Burgos las que han aportado un mayor tonelaje en esta operación.
Desde 2010 la situación en bien distinta, y la capacidad productiva de las canteras de Bizkaia cubre sobradamente la demanda del mercado. No obstante la importación de árido de fuera del territorio ha continuado. Esto es debido principalmente, a que los costes productivos de estos territorios limítrofes son sensiblemente inferiores, no debido a mejoras técnicas o prácticas eficaces, sino al menor coste de los salarios y las flotas de transporte y sobre todo a la muchísimo menor tasa de inversión en seguridad de instalaciones y control ambiental de los efectos de la actividad extractiva. El mantenimiento de este flujo “antinatura” tiene un efecto demoledor en el sector y en el entorno de la actividad extractiva de Bizkaia, puesto que supone una fuga no sólo de ingresos sino de cotizaciones e impuestos que no se quedarán en el territorio. La industria extractiva se caracteriza por tener un moderado peso en puestos de mano de obra directa, pero su repercusión en puestos indirectos es muy considerable.
En estas conversaciones, se pide a los interlocutores que hagan una lectura responsable en la gestión de un recurso del propio territorio, extraído en base a los parámetros de calidad y seguridad que mediante nuestras propias leyes hemos determinado, y que permite generar una cadena de consumo y riqueza para la sociedad, sobre la que debieran repercutir del mismo modo los impuestos que la actividad genera, en vez de propiciar la fuga de éstos y el estrangulamiento del sector, que se ve obligado a reducir sus plantillas y sus centros de actividad, con la carga de trauma social que implica sobre el territorio, todo ello con unas canteras en Bizkaia con recursos sobrados para atender la demanda del territorio, y ubicadas a menor distancia de los centros de consumo, lo cual supone siempre una mejor gestión del tráfico pesado que la actividad genera y que no se valora suficientemente.