El sector de los áridos sigue en valores de consumo de -77% respecto al inicio de la crisis
Los empresarios del sector de los áridos de toda España integrados en Anefa han participado en su Asamblea General Anual, que se ha celebrado excepcionalmente en Santiago de Compostela el 23 de octubre, con motivo del V Congreso Nacional de Áridos. El presidente de Anefa, Ramón Ruberte Auré, puso de manifiesto, en su discurso de apertura, la importancia del sector de los áridos como industria que “construye país”. Una vez consolidados los datos estadísticos de consumo de áridos para 2017, el crecimiento ha sido finalmente más importante de lo previsto, alcanzando el 10%, pero siempre partiendo desde valores todavía muy bajos y con gran variabilidad territorial.
Desde el máximo previo a la crisis (2006), momento en el que la producción era de 486 Mt, el consumo ha retrocedido cerca del -77,2%, arrastrando a su vez al volumen de negocio sectorial que es, en la actualidad, inferior al 20% del registrado ese año.
Las perspectivas iniciales para 2018 hacían esperar otro año de crecimiento sostenido pero, ya acabando el año, nuevamente, la convulsa y cambiante situación política ha hecho que se vuelvan a sembrar las dudas sobre el comportamiento futuro del consumo. El sector espera que, el hecho de estar inmersos en el periodo preelectoral de cara a la mayoría de elecciones autonómicas, a las municipales y a las europeas, haga que se dinamice la demanda de las diferentes Administraciones locales.
Los recientes cambios en el Ministerio de Fomento y en las empresas públicas han ralentizado o incluso paralizado la tramitación de las licitaciones, las adjudicaciones y las ejecuciones de obras, aunque el sector confía en que esto será temporal. Más problemática se vislumbra la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 y la dotación de más gasto social no productivo, en detrimento de la inversión en obra pública, ahora mismo tan necesaria después de tantos años de desinversión. Además, las bajas temerarias y los aplazamientos de pagos siguen siendo un mal endémico que perjudica enormemente al conjunto del sector.